Morena

Aquí, pescando, sección de pesca de Hola-Miami

Desde la Florida, Capital de los Botes en Estados Unidos

"Dad a un hombre un pescado y calmaréis su hambre de ese día; enseñadlo a pescar y calmaréis el hambre por toda su vida". Refrán chino... pero además le abrirás la puerta a un mundo maravilloso para él y su familia! Jesús Portomeñe.

Morena o Murena
Conocido en español por el mismo nombre.

El chiquillo de pie en las rocas le decía al que se bañaba entre los arrecifes:
¡Oye, cuidado con la morena! ¡Oye, que te come los dedos!

Hay toda clase de historias en relación con la agresividad de la morena.

Esta criatura marina que se parece a una anguila, pero de mayor tamaño tiene un sistema de dientes que creo, no se parece a ningún otro. Yo diría que tiene dientes hasta en el paladar o el cielo de la boca, como guste llamarle, además, el perfil de los mismos está diseñado para desgarrar, tienen la simetría de una espada o puñal. Para terminar, se dice que en sus dientes se encuentra cierto tipo de bacteria que causa tremenda infección a aquellos que se escapen de su mordida.

La morena, también conocida como congrio en muchos lugares, abunda en nuestras aguas tropicales. Basicamente hay dos clases a simple vista: la pintada y la morena verde, la primera no crece mucho pero la segunda no es extraño el encontrarla de más de cinco pies de largo, con unas 30 libras de peso aunque el record es mucho mayor.

Esta misteriosa criatura vive en las cuevas o huecos en el coral. De hábitos nocturnos, pasa la mayor parte del día escondida, saliendo a cazar en la noche, aunque atrapa gran parte de su dieta en la misma puerta de su casa.

Pescaba yo una noche desde el litoral, por allá por los cayos de la Florida, cuando sentí esa "picada" extraña, como si alguien halara la línea despacio pero con determinación. Empezaron las conjeturas de los presentes. Es una langosta –dijo uno. Puede ser un "blue crab" (jaiba azul) –dijo Willie que estaba pescando conmigo, -¡bueno, clávala ya, que tanto esperar! y así hice. Segundos después traía algo pesado y que no batallaba. ¡Caramba! Esto no me gusta, pensé yo cuando vi el tremendo enredo que venía en la línea. Morena –dije.

Estaba no muy contento por el hecho de que ya me veía cortando el nylon y empujando a nuestra amiga al agua, con la consecuente pérdida del avío y el fastidio de tener que amarrar de nuevo anzuelo, etc… cuando alguie dijo: ¡no la bote, Señó!: un vecino de puente que venía hacia mí contento, sabiendo que le daría la captura sin dilaciones. El caballero, me dijo que en su tierra (Andalucía) tal pescado es considerado una delicadeza culinaria. Yo me preguntaba ¿quién le mete la mano a tal ser para matarlo y meterlo en el cesto? No yo, ciertamente. En eso, después de decirle al señor que si se la comía se la podía llevar. En mis pesquerías, aquellas especies que la ley nos permite llevar son muertas sólo si se van a ser consumidas, si no, son devueltas al mar tratando de causarles el menor daño posible; el hombre, blandiendo un porriño golpeó al pescado en la cola provocándole la muerte al instante, dejándome aquello maravillado.

Nuestro amigo nos explicó como es que la freía y cúan exquisita era. La de aquella noche fue una pintada de quizás 4 ó 5 libras.

Es bueno recordar que la morena es considerada, como muchos otros depredadores del mar, un pescado de "sospecha", o sea portador de la terrible toxina que produce la cigüatera. Este mal es un tipo de intoxicación que descontrola de manera tremenda el sistema nervioso y la salud en general.

Ahora, con respecto a, ¡oye, que te come los dedos!, hay historia.

La morena vive en una de las sociedades más extraordinarias que existe: con la langosta, sí, el exquisito crustáceo disfruta de la compañía de la morena ya que viviendo juntas, la morena protege a la langosta de su más terrible enemigo y del cual pocas veces escapa de no ser por ella y al cual la bigotuda atrae, proporcionándole a la morena uno de sus más deseados manjares: el pulpo.

De tal manera, que los pescadores submarinos de langostas muchas veces cargan un pulpo muerto que compran, con el propósito de introducirlo en la cueva ya que, cuando las lagostas lo ven huyen despavoridas. Claro, este recurso funciona si no hay una morena compartiendo la cueva, ya que en ese caso se cumple la función y hay que ir a comprar otro pulpo.

Esto es algo muy conveniente de saber para aquellos que como yo, gustan de la pesca submarina de la langosta.

La cosa es que al estar compartiendo el mismo habitat en tan extraordinaria simbiosis, el desconocedor, ignorando el peligro oculto, mete su mano dentro de la cueva tratando de atrapar la langosta y teniendo en cuenta que se dice que la morena es corta de vista, (esta creencia es muy popular entre pescadores, yo nunca he podido hablar con ninguna de ellas acerca de tema), bueno, ¿no se parece la mano que entra en una cueva a un pulpo, con tentáculos y todo? Según cuentan, al parecer, sí.

Sobre el poder de la mordida de la morena tengo una pequeña historia.

Estaba yo pescando submarino, en aguas del caribe, e iba en búsqueda del cochino. Este pez es uno de los conocidos muy bien por los pescadores. No está comercializado y es, en parte, porque es casi imposible de limpiar. Este animal hay que descuerarlo. Usando herramientas como alicates, etc. No soñar con cortalo a menos que sea en una sierra. Su cuerpo, provisto de un cuero recubierto de pequeñas escamas en forma de placas córneas y su aleta dorsal, armada de una espina que promete atravesarse en la boca de cualquiera, son un reto para el transeúnte hambriento, lo cual permite a este pez tener una vida bastante despreocupada sobre su seguridad. Aparte de todo, este pez es de un sabor tan extraordinariamente delicioso que algunos como yo, no tienen a mal el tener que trabajar DURO para descuerarlo.

Resulta que ese día vi un "cochino" como de 3lbs. Automaticamente desvié mi ruta y le partí para arriba con mi arpón listo. El animal al verme venir hizo una de sus muy conocidas maniobras, se viró de lado y se metió en una rajadura. Yo me dije: bueno algo más difícil, pero de todas maneras me lo ceno esta noche. Me arrimé a la cueva y allá en lo oscuro noté sus movimientos. Apunté, disparé e hice contacto. Subí a la superficie y comencé a halar de la cuerda atada a la escopeta y a la boya en el otro extremo. Noté que había una trifulca más grande de lo que correspondía a un "cochino" de 3lbs. Decidí sumergirme algo y halar desde media agua, cuando para mi sorpresa, atravesados por el mismo arponazo, venían el "cochino" y una morena verde que tenía su residencia en la rajadura mencionada. Lo que mis ojos vieron me causó estupor. Aquella morena verde como de 6 libras venía dándole una sinfonía de diente a nuestro pobre cochino. Al parecer ella asociaba su desgracia con él, culpándolo de la misma y haciéndole pagar por ella. Yo nunca me imaginé que hubiera un animal marino que siendo un poco mayor que aquel cochino pudiera ripiar semejante armadura hasta el punto de dejar el pescado inaprovechable.

Yo tuve que esperar a que la morena muriera para sacar a los dos del arpón y para mucho pesar, dejarlos sin vida por nada. ¿Quién lo hubiera sabido?

La historia anterior ocurrió hace mucho tiempo y en el extranjero. Hoy, aquí el "cochino" o "triggerfish" está protegido por la ley con restricciones sobre su captura, y una de ellas es la prohibición de arponearlo.

Esto es lo que hay con respecto a la cuestion de la morena y lo de "¡cuidado, que te come los dedos!". Sin embargo con respecto al "cochino," revise las regulaciones sobre su pesca, y si logra anzuelar uno, ya sabe, primero estudie cómo entrarle al pellejo y después de limpio... AJO, LIMON Y SAL.

Jesús Portomeñe

RESPETE LAS REGULACIONES DE PESCA DEL ESTADO DE LA FLORIDA ASI COMO LAS DEL SEVICIO DE GUARDACOSTAS

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