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Juan J. Rubio

De vendedor de seguros para restaurantes, paso a ser propietario de uno

Alguien un día dijo: la vida puede ser una gran aventura o nada. Juan Jesús Rubio deja su tierra natal Cuba en el año 1979 llegando a Estados Unidos a la edad de 16 años, aprovechando el acuerdo que hubo entre el gobierno americano y el gobierno cubano de dejar salir a los ex presos políticos, su padre había estado en la cárcel durante diez años.

Con un norte interior y personal definido, comienza a vender seguros para restaurantes y

un día por casualidad el dueño de una cadena de restaurantes muy conocidos en el condado de Palm Beach, Don Ramón, le preguntó si conocía a alguien que quisiera ir al restaurante a tocar piano. “Le dije ya lo tiene, si me compra el seguro yo vendré todos los días. De eso pasaron cuatro años y así se inicio una buena amistad.” nos cuenta Juan.

Todo iba bien hasta ese momento, cuando llega el inolvidable huracán Andrew por desgracia para muchos y para fortuna de este joven cubano. “Cerraron muchas compañías de seguros y ese era mi campo, tenia una buena cartera. El me propuso abrir un restaurante diciéndome; tú pones el dinero y yo la experiencia, que al final nunca me la dio porque me dejo solo. Luego adquirimos el segundo, después llego el tercero y estamos muy contentos con mi esposa Dina.”

Se que aparte de ser un empresario, lo tuyo es la música y la disfrutas a plenitud.

“Esto comenzó desde Cuba, recuerdo que desde los 11 o 12 años ya componía canciones. Siempre le pedía a Mima que me regalara una guitarra, era una cantaleta diaria, y el que me dio esa felicidad fue el señor que vivía enseguida de mi casa, las construía y los primeros acordes los aprendí de sus manos.”

La vida siempre te presenta la oportunidad para hacer lo que mas te gusta y llegas a este pais el de las oportunidades ¿cuál fue ese primer regalo que a lo mejor te erizo la piel?

“Una guitarra eléctrica. En mi vida pensé poder llegar a tener una por causa de la situación que vivimos los cubanos y que es bien conocida en el mundo. Mi primo que toca piano al verme me pregunto que cual regalo quería y sin pensar dos veces le pedí la guitarra. Nunca tome clases, lamentablemente, porque se lo importante que es, todo lo aprendí de oído. Cuando llegaban las orquestas a cuba nos encantaba con mis amigos ir a verlas, mientras todos bailaban con sus novias yo me quedaban observando a los músicos, especialmente al guitarrista.”

La música cubana marcó definitivamente a Juan Jesús, en su casa escuchaba cantar todos esos boleros, de Oswaldo Farrés, Meme Solís o Celia Cruz, a su “Mima” como llama cariñosamente a su progenitora. “En el momento en que me ponía a tocar guitarra ella cantaba todas esas melodías, fue algo muy lindo.”

A dona Bertha le compusiste la cancion, “Gracias”, ¿que recuerdos conservas de esa época?

“Fue una mujer extraordinaria, hizo las veces de padre y madre, nos cuido muy bien. Cuando se llevaron para la cárcel a mi padre yo solamente tenia tres meses y al salir ya estaba por los 10 años, ella nunca dejo de llevarnos con mi hermano a visitar a papi a la cárcel, si llegaba a la casa una libra de arroz, la mitad era para llevársela a el, por eso es la cancion, “Gracias”

 Gracias por estar junto a mí
Por tantos años
Gracias por saber mis pensamientos
Con solo mirar
Gracias por hacer de cada noche
Lo más lindo de mi vida
Gracias por ese amor y comprensión
Que me has dado cada día.

¿Le has compuesto una a tu esposa Dina?

“Ella esta casi en todas mis canciones de una manera u otra, pero una noche me quedé en uno de los restaurantes hasta bien tarde y así salio “Morenita”. La llame por teléfono y se emociono bastante, siempre estaba diciéndome esta es para mi, ¿esta es? Y yo le dije esto:

“Morenita de mis sueños
No te vayas de mi vida
Porque duele la esperanza
Que despierta mi alegría.”

La felicidad es vivir a pleno y en toda su extensión cada momento de la vida y el hecho de ser el productor y compositor de su propio disco le ha llenado el espíritu de una manera impresionante. “Cuando uno lleva la música por dentro y la siente, no hay ni palabras para explicar. Me encanta la poesía, escucho bastante música, de ahí que hay letras bien corta venas, dejando en cada una de ellas, toda mi alma.”

Tuve que despedirme porque la conversación se fue tornando más sensible de lo que pensaba, descubriendo en Juan Jesús Rubio a un hombre cien por ciento romántico, soñador e inteligente.

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